jueves, 4 de septiembre de 2008

Fragmento del cuento "Yukta, Luna de Bhopal"

Yukta se reúne con sus amigas Radha, Rohini y su amigo Jayanth. Una de ellas pregunta ¿Qué historia nos contarás hoy? La de un príncipe guerrero-Contestó-su nombre era Narayan, el menor de nueve hermanos y aunque inteligente y diestro en las armas, no el consentido de su padre, el rey. Narayan lo sabia, así con más razón practicaba el manejo del arco y el sable para llamar su atención y demostrar su capacidad
El rey se dedicaba entre otras cosas al comercio con poblaciones del norte
-Dime Yukta- Interrumpe Radha, -¿El príncipe era apuesto?
No, quizá el menos de todos, se murmuraba incluso que no era hijo del rey
-Yukta- Pregunta Jayanth- ¿El príncipe guerrero era fuerte y audaz?
Sí, fuerte como el que más y el mejor al montar su caballo. Seguido ganaba carreras efectuadas entre sus hermanos y competencias en tiro de arco, era tal su destreza que parecía tener seis brazos
-¿Pero en verdad era hijo del rey?- Pregunta Rohini,
-Sí, sólo que no el preferido, Narayan tenía el gran corazón de su madre, así que no perdía la esperanza de convencer a su padre
Entonces –continúa Yukta- El comercio entre otros pueblos disminuía, pues para llegar a ellos, después de tres días de camino, se acostumbraba pasar por las montañas rocosas, de lo contrario se atravesaba el desierto, pero no era lo mejor, pues caravanas enteras llegaron a perecer, siendo devoradas por tormentas de arena, haciendo que las cargas se perdieran. Así el atajo de las montañas se volvió lo más rápido y seguro, pero de tanto pasar despertaron a una enorme y horripilante hidra, que enfurecida atacaba a los caminantes, parecía vengarse por haberla despertado de su letargo, atacando de día o de noche
-¿Y cómo de noche podía atacar?-Pregunta Jayanth.
Podía atacar, pues cada par de ojos, de cada una de sus siete cabezas tenia luz propia, una extraña irradiación verdusca la cual la hacia sensible a la luz del día. Desde lejos podía verse como furiosa atacaba a los caminantes. Aun así, muchos creían que podían pasar sin hacer ruido, pero no, parecía estar siempre en espera para embestir a cualquiera

El rey no sabía que hacer, pues la pérdida cada vez se volvía más grande. Sus consejeros le sugirieron convocar a todos sus guerreros para así acabar con la terrible bestia
Narayan pensó que era su oportunidad para demostrar su habilidad, se presentó ante su padre pidiendo ser autorizado para ir en busca de la terrible hidra y acabar con ella. El rey en verdad sorprendido acepta y ordenó que fuera acompañado por doscientos guerreros, los mejores sables, los mejores arqueros. Lo mismo que dotar de provisiones para tan arriesgada encomienda
Al día siguiente Narayan y su compañía parten con dirección a las montañas y es despedido por todo el pueblo con aplausos y gritos
Viajando de día y justo al caer la tercera noche se llegaba a las montañas. En el trayecto Narayan pensaba como atacar a la bestia, confiaba en su experiencia y su coraje para acabarla, y de regreso ahora sí lograr el aprecio del rey. D golpee fue traído a la realidad un ensordecedor bufido detuvo su marcha, voltean a verse entre sí. Una cosa es saber de ese animal y otra, escucharlo a unos metros
Lo mejor fue retroceder e instalarse hasta el día siguiente, para después explorar el lugar. Rodear la montaña llevaba tres días más, nadie se atrevió a adentrarse al lugar para comprobar si la hidra dormía, entonces el plan fue dividirse en grupos de cincuenta soldados, el primer grupo avanzaría en cuanto el sol se ocultara, cuando la bestia se diera cuenta de ellos volverían atrás, la idea era ver de donde surgía. ¡Fatal sorpresa! pues el grupo, unos a caballo y otros caminando quedaron justo frente ella, la hidra hace notar su enojo con sus irritantes rugidos, empezando a atacar y devorar soldados, éstos por instinto tratan de salvarse, corren unos más adentro de la montaña, otros lanzan flechas sin lograr dañarla. Desde su lugar Narayan y el resto del grupo escuchan los gritos y el revuelo causado. Algunos intentaron acabar con ella, otros salvarse y más de la mitad no volver para contarlo
Los soldados que lograron escapar llegan sin aliento, en sus rostros se veía el pánico, se dejan caer en la arena, heridos algunos y agotados otros. Narayan se da cuenta que no es fácil acabarla. Es peor de lo que esperaba, es mejor esperar al día siguiente.
-Yukta-Pregunta Radha-¿Qué edad tiene Narayan?
-Tan solo 20
-Yo en su lugar-Habló Jayanth-Hubiese ordenado a los doscientos soldados lanzar saetas con punta de fuego, de seguro caería muerta
-No es mala idea-Dice Yukta-después de ver como en tan corto tiempo ese enorme animal acabó con el primer grupo, llegó a pensar que si no tomaba las prevenciones correctas acabaría con todos. No volvería sin haberla aniquilado

Esperan al día siguiente para excavar en la arena para ahí sepultar a los guerreros que habían muerto
En el tercer día cuando el sol empezaba a ocultarse, Narayan decide lanzarse de nuevo al ataque para acabar de una vez con al horrible monstruo
La mitad del grupo avanza caminando y el resto montados en sus caballos. Los primeros aceleran el paso y a distancia justa se detienen enterrando sus antorchas en la arena y preparan sus arcos encendiendo la punta de la flecha, todo parecía ocurrir al mismo tiempo, la segunda línea preparan sus saetas apuntando al oscuro escondite, Narayan con temor y coraje empuña su sable, el aterrador animal parecía espéralos y ataca. Narayan siente que su corazón late de prisa, todos disparan sus flechas, sin lograr hacerle daño, su piel era tan gruesa como la de cien elefantes. El aliento de la bestia era letal, causaba ceguera y al respirarlo envenenaba provocando la muerte casi al instante, el rugir del animal ensordecía, así es que la orden de retirada nadie la escuchó, fue sólo por instinto. Acercarse peleando con su sable, seria para Narayan la muerte segura. De regreso en el campamento se da cuenta que volvieron menos de diez guerreros, se deja caer en la arena cubriendo sus rostro con sus manos, llorando de impotencia
-Yukta-Dice Rohini ¿Por qué esperan la noche para atacar?
-Por el calor que hace durante el día
-¿No seria mejor enviar a un mensajero pidiendo ayuda al rey?- Pregunta Radha
-Eso mismo le sugirieron los demás, pero no interrumpan
-Si, cuéntanos más- dice Jayanth

Narayan decide retirarse para descansar y encontrar una forma de acabar con la bestia De tanto pensar solo logra confundirse más
Escucha una voz que le habla por su nombre, una voz apagada, voltea, era un anciano que cubría su pelo blanco con un turbante, el resto de su ropa era vieja y caminaba descalzo hacia Narayan
-¿Eres tu quien me habla viejo anciano?
-Así es
-¿Qué haces aquí? no recuerdo que venías en mi compañía
-No recuerdas porque el cansancio te hace olvidar, acércate un poco más. Sé que necesitas y deseas acabar con esa maléfica hidra, te diré como hacerlo
-Viejo hombre, no me hagas perder el tiempo, debo descansar para mañana encontrar la forma de aniquilarla
-Debo mostrarte algo
El anciano saca de entre sus ropas un cofre de madera, sonriendo y extendiendo los brazos lo acerca a Narayan
-Vamos joven guerrero, es para ti
Narayan obedece y enseguida lo abre, se queda pasmado al ver una hermosa flecha de marfil con punta de diamante, es tal su asombro que no puede hablar
-Anda, tómala- dice el anciano. Tocándola todo su poder queda a tu disposición
Narayan admira el brillo de la hermosa piedra y lo suave del marfil, nunca antes había visto algo así, por fin habla
-Dime, ¿de donde has sacado esto?
-Así como tu, fui un valeroso guerrero, la conservo hace muchos años, jamás a sido usada, ahora es tuya
-No puede ser para mí, no debo aceptarla
-Debes, si es que quieres salvar a tu gente
-Narayan dudaba del anciano
-Con el poder de esta saeta y tu extraordinaria habilidad podrás eliminar por fin a ese animal de siete cabezas
-Dime, ¿Qué debo hacer?
-Esta flecha es única y sólo se usa una vez
-Pero puedo fallar
-No será así valiente príncipe, eres el mejor de todos. Mañana habrá luna llena, espera justo la medianoche, no necesitas llevar otra arma, ni siquiera antorcha, seria delatarte, la luz de la luna te ayudara, te acercaras al escondite, pero no menos donde te pueda alcanzar su mortal aliento
-¿Pueden acompañarme mis soldados?
-No, debes ir sólo, nada más tú lo lograra
-¿Cómo creer lo que dices anciano?
-Cuando veas derrotada a esa hidra lo entenderás todo. Deja decirte como aniquilarla. Te aproximaras lo suficiente para que se de cuenta que estas ahí, preparas tu arco y apuntas esta poderosa flecha a su cuarta cabeza, justo la del centro, entre sus enormes ojos, deberás guardar distancia, pues cuando aciertes caerá muerta y no querrás morir aplastado
De pronto Narayan despierta, soñaba entonces. Aún es de noche, sale de su techo para ver que esta por amanecer, regresa y encuentra el cofre de madera, de prisa busca al anciano, corre la voz de que lo encuentren, pero nada, nadie lo vio, nadie lo conoce. Entonces toma el cofre y lo lleva con él, guarda silencio, no cuenta a nadie lo sucedido, lo tomarían por loco, la mejor prueba de verdad era esa magnifica flecha. Espera la noche, la luna en su esplendor parece su cómplice, su guardián que lo guiara donde la bestia para aniquilarla. Decide enfrentarla, camina al escondite, algunos soldados lo siguen, pero pide lo dejen solo, confiaba en las palabras del anciano:”nada más tú lo lograra”. Llega hasta la guarida, observa la arena midiendo la distancia, tiene en su mente el rostro del anciano, recuerda sus manos extendidas que le ofrecían el cofre de madera. Su corazón se acelera, no hay tiempo que perder, toma la flecha y la ajusta en el arco. No hay marcha atrás. De pronto aparece la horrible bestia, se molesta con la presencia del osado príncipe, sus siete cabezas se mueven buscando llegar hacia él, Narayan en un grito de coraje suelta la flecha, observa como la luz de la luna rebota en su punta afilada y la hace brillar en la oscuridad, rompiendo el aire deja tras ella un zumbido y acierta, justo entre los ojos de su cuarta cabeza, fulminada al instante cae sobre la arena levantando una nube de polvo. Narayan respira profundo, guarda su arco, se acerca a la bestia, por un momento piensa que puede revivir, pero no, esta más que muerta, parece que lleva días así, se acerca a su cuarta cabeza, busca la flecha, no esta, ha desaparecido, los gritos y el revuelo de los pocos soldados que se acercan lo hacen volver su cabeza, celebra con ellos la derrota de la bestia, regresan a su campamento, no esperan el día para empezar su viaje de regreso. Los padres de Narayan al no saber de él temen por su vida. Pero los gritos de la gente en las calles que lo reciben explican una buena noticia, acuden a recibirlo con abrazos, entonces Narayan entrega a su padre el cofre de madera vacío, el rey, se sorprende como sabiendo su origen y solo le pregunta: ¿Cómo lo obtuviste? Una historia por contarte padre mío, responde contento Narayan.

2 comentarios:

Unknown dijo...

esto es solo la parte de un cuento mas largo. donde esta el principio y el final? de principio me confundi con los nombres y el numero de personajes, pero he leido otras historias mas complejas.CC

"Yo En Resistencia" dijo...

Ahhh!!! Yukta, me encanta la Yucta Luna de Bhopal, por cierto no te he preguntado porque Luna de Bhopal, quizas deba volver a leerlo!! ahora lo hago...


Un abrazo con alas de Libelula


jijij!!